jueves, 1 de abril de 2010

Relaciones históricas de Intelectuales y Académicos Mexicanos y Dominicanos

Comencemos con el reconocimiento que merece la Nación Mexicana y su evidente influjo en América Latina en materia de folklore y la música de mariachis que invadieron el hemisferio americano en las décadas de los 50s, 60s y 70s particularmente. Ya en el año 1952, en plena Era de Trujillo, se llevó a cabo en el País la Semana Aniversario para conmemorar la instalación de la Radio y Televisión Dominicana, una de las tres primeras del mundo latinoamericano, con la fanfarria de los mejores y afamados artistas venidos de México. El Generalísimo Trujillo quería lucirse con los más granados del arte mexicano. En las mañanitas de los campos y ciudades dominicanas se escuchaban canciones mexicanas, que deleitaban con sus ocurrencias el alma nacional e identifican al pueblo dominicano con aquella Nación de revolucionarios.-

El programa artístico cultural se proponía provocar y cautivar la conciencia colectiva dominicana con fines de apuntalar la devoción por la política trujillista, pues México representaba en sus canciones y filmes, no sólo para Dominicana, sino a toda América Latina, la siembra de un arte pegajoso, rítmico, cadencioso y ocurrente que tatareaban los latinos. Así el corrillo mexicano, los mariachis y música de su folklore. Petán Trujillo supo nuclearse un grupo de artistas y locutores dominicanos, que hicieran de contraparte a tan magno evento.-


Esas relaciones, sin embargo, se remontan a los tiempos de la independencia efímera, 1821, cuando José Núñez de Cáceres emigra a México, reside en Tamaulipas y allí logra insertarse en la sociedad local mexicana, a tal punto que lo hacen Gobernador con andar del tiempo. Casa con mexicana y allí deja su impronta, incluyendo descendientes.

Ya desde los inicios de la lucha por su independencia y soberanía, pisoteado su suelo por Francia e Impuesto Maximiliano de Hasgburgo en nombre del Imperio austro-húngaro, nos informa la mexicana y académica de la UNAM Patricia Galeana , en conferencia dictada en Santo Domingo, Academia de la Historia, sobre Benito Juárez y la Solidaridad dominicana, del apoyo que diera el pueblo dominicano a la causa noble y emancipadora de México.-

En la misma se hace mención al decreto del Congreso de Colombia por el que se declara que el ciudadano mexicano Benito Juárez ha merecido el bien de la América, el primero de mayo de 1865. Posteriormente, el Congreso dominicano en 11 de mayo de 1867, siendo Presidente Juan Bautista Zafra, lo declara como Benemérito de las Américas, reconocimiento que perdura y epígrafe con que los pueblos de este lado del mundo le rinden tributo merecido.-

Del triunfo de Juárez sobre la fuerza interventora francesa surgió en el derecho internacional la doctrina Juárez, de defensa de la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos. La doctrina Calvo y la Drago que sirvieran a la jurisprudencia internacional y constituyeron un soporte a la descolonización de Santo Domingo, que había sido desocupada por las tropas españolas apenas dos años antes. En discurso de B. Juárez el 31 de mayo de 1862 decía: “El triunfo de México sirviera para asegurar la independencia y respetabilidad de las repúblicas hermanas. (Revista Clío, Academia de la Historia, No. 174, p 128, Conf. de Patricia Galeana). Pero la frase con que más le recordamos: “Porque entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.-

Siguiendo los trazos de Núñez de Cáceres, quien dejó descendientes en México; el dominicano más ilustre con que cuenta el parnaso nacional lo es don Pedro Henríquez Ureña, quien radica en México donde ejerce una labor intelectual y educativa al llegar por Veracruz en 1906. Permanece alrededor de tres meses en esta ciudad porteña, comenta en epístola la pobreza que encontró y dice que se le parece a Cabo Haitiano con calles polvorientas. Pasada esa corta estancia se traslada a la capital y en la misma es acogido por los jóvenes del Ateneo Mexicano, convirtiéndose en el conductor intelectual del grupo literario por la magia de su erudición y sus vastos conocimientos de la literatura americana y universal. Como lo confirma al dictar una conferencia sobre Juan Ruiz de Alarcón en 1913, que el ateneísta Alfonso Reyes califica de “una de las páginas insignes de la crítica americana” (Tomada de Enrique Krauze, Pedro Henríquez Ureña, Revista Conaculta, P. 59).

El propio don Pedro se exigía a sí mismo y por lo tanto se erigía en su crítico. En misiva dirigida a su hermano Max en 1907 habla: “ …ya te he dicho que mi procedimiento es pensar cada frase al escribirla…” y objeta a Darío por hacer y rehacer todo lo que escribe, malogrando sus escritos.

Es interesante recordar estas páginas de la vida de Don Pedro en México porque él se vincula a los acontecimientos de la revolución, que irrumpió en 1910, y que sacudieron indudablemente los cimientos de la sociedad mexicana tanto en los aspectos políticos como intelectuales. Encontrándose algunos de sus amigos formando parte vinculante de esos eventos, caso de José Vasconcelos, Vicente Lombardo Toledano, y Antonio Leal Castro entre otros. Justamente con Vasconcelos emprenderá la tarea de la “cruzada educativa” para todo México. La reforma educativo ha sido encendida por la llama de la revolución y a ellos les ha correspondido tan magna responsabilidad. De suerte que conduce los programas de instrucción pública y se incorpora don Pedro al trabajo de la Universidad Popular a llamado que le hace México.-


Hubiese sido tan útil y fecundo que don Pedro le hubiese dedicado mayor investigación y estudios a los acontecimientos de la revolución, en vista a su criterio imparcial y de objetividad por ser un actor ajeno a los protagonistas de los episodios, amén de su ascendencia dominicana. Sin embargo, dejó un trabajo titulado “La Influencia de la Revolución en la Vida Intelectual de México”, que retrata la inestabilidad social y los problemas de naturaleza intelectual. Nos informa acerca de que los jóvenes ateneístas “Sentíamos la opresión intelectual, junto a la opresión política y económica de que ya se daba cuenta gran parte del País”. Pues los vaivenes de los turbulentos episodios de la revolución no le ofrecían estabilidad para contribuir con la programación y reflexión que requería la reforma educativa e intelectual.-

Por otra parte, de dos visitas de presidentes mexicanos que hemos tenido, José López Portillo y luego Ernesto Zedillo, me refiero a la de éste último en su comparecencia ante la Asamblea Nacional en 1999, en su discurso de orden comentó:”… gracias a hombres como Henríquez Ureña, asumimos el fortalecimiento de la educación y la cultura como llaves fundamentales para el progreso y la justicia social”. Visitas oficiales que precedieron los presidentes dominicanos a México Juan Bosch, don Antonio Guzmán y posteriormente Leonel Fernández.

De ese prestigio que cosechó don Pedro en México, Santo Domingo además recibe lleno de algarabía al maestro José Vasconcelos en junio de 1926, con fines de dictar una conferencia, misma que aglutinó la élite intelectual dominicana. El grupo que le dá la bienvenida está formado por Rafael Estrella Ureña, a la sazón Ministro de Justicia e Instrucción Pública, bajo la presidencia de Horacio Vásquez, acompañado de Félix E. Mejía, Federico Henríquez Ureña , Jacinto Mañón, Luis C. del Castillo, Luisa Ozema de Henríquez, Noel Henríquez, y las funcionarias de la Escuela Normal de Señoritas.-

Cuentan los periódicos de la época que su conferencia fue esperada con gran júbilo y alboroto y que el recio intelectual, José Vasconcelos provocó a la multitud ávida de escuchar las novedades en esta materia, sentenciando en su disertación: “Toda raza pura es limitada”, y “todas las grandes civilizaciones son resultados de mestizajes”. Hubo de menester trasladarlo a Santiago a dictar otra conferencia y presentárselo a la sociedad Cibaeña.-

Vasconcelos de nuevo es reclamado a visitar el País a disertar, ya instalada la Era de Trujillo, en la década de los 40s, haciendo nuevos amigos de la corte intelectual dominicana. De manera, que los escritores dominicanos quedaron marcados por los literatos mexicanos , entre los que cuentan Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Ruiz de Alarcón, Manuel Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz Mirón, Manuel Othón, Vicente Lombardo T., Diego Rivera, David Siqueiros, José Orozco, Lepoldo Zea , Frida Kahlo, Amado Nervo, entre otros.-

A ese propósito y como consecuencia de las estrechas relaciones culturales se firmó un Convenio de Intercambio y Cooperación en materia educativa, científica, cultural, y técnica entre México y la República Dominicana en 1971. El objetivo del instrumento: Compromiso a fomentar toda labor para el conocimiento de la historia y sus costumbres en el campo de las humanidades, ciencias, artes y tecnología. (Referencia en Rosa Campillo, Derecho de los Tratados, 1999, edición SEREX).-

Pero no sólo vinieron al País estas personalidades encumbradas del mundo intelectual y académico, sino que la corrida continuó con la presencia a dictar una conferencia de Labastida, funcionario de la UNAM, académico e investigador de fuste; Leopoldo Zea, un experto investigador en ideas políticas latinoamericanas; Mario Bunge, muy leído en los círculos académicos dominicanos, argentino residente en la patria de Juárez y quien ofreciera una conferencia sobre epistemología y metodología en los 80s. Pablo Maríñez, domínico-mexicano, con profundos conocimientos de la cultura mexicana, diplomático e investigador, que referimos en esta ponencia.

Del poeta Pedro Mir, de quien fui profesor asistente, es el único dominicano que aparece en el listado de discos La Voz Viva de México, recitando su celebre poema “Hay un País en Mundo”, que por cierto perdí y no se dónde andará. Y le debo la anécdota de que un día en México al ingresar a la librería del Fondo de Cultura, un funcionario de ella al identificarme como dominicano, enfático me dijo que entonces yo era de la tierra de Pedro Mir y calificó que era el más conocido dominicano, entonces vivo en México. Lo que indudablemente me llenó de vanidad nacionalista.- Razón tenía el investigador mexicano Jaime Labastida cuando en conferencia en Santo Domingo, 1993, comentó que en el año 1963 Ramón Colombo leyó el poema de Mir “Hay un País en el Mundo”, desconocido por él, y dijo: “ el poema de Pedro Mir resultó ser un verdadero deslumbramiento”. Y a partir de entonces se cuestiona Labastida cómo es posible que este poeta sea un desconocido en América y no aparezca al lado de Nicolás Guillén, Neruda y Nicanor Parra. Por eso, nuestro Federico Henríquez y Carvajal pronuncia aquellas premonitorias palabras de ¡ Oh, América infeliz, que sólo sabe de sus grandes hombres, cuando son sus grandes muertos!.-

No debo dejar de mencionar los fuertes vínculos políticos y sociales entre dominicanos y mexicanos a través de las organizaciones internacionales como la COPPAL, FLACSO, Internacional Socialista, UDUAL. A mediados del año pasado se reunió en Santo Domingo la COPPAL que tiene sede en México y vinieron una docena de líderes mexicanos ente ellos Cuauhtémoc Cárdenas y Gustavo Carvajal Moreno a nivel de cumbre americana. También la reunión mundial de la Internacional Socialista en octubre pasado, que trajo nuevos líderes mexicanos y dirigió el primer Ministro de Grecia, G. Papandreu. La Unión de Universidades Latinoamericanas que se reunió en época del Rector R. Kasse Acta de la UASD y que llegó a presidir el Rector de la UNAM. En tanto, la FLACSO para la formación y promoción de las ciencias sociales en América Latina, tuvo su sede en México y surgió bajo el amparo del presidente Luis Echeverría, de la que fue Secretario General el dominicano Wilfredo Lozano, graduado en el Colegio de México.-

Como el tema es bastante extenso y hay que limitarse, me circunscribiré a describir algunos dominicanos que están en mi lista memorial que han regresado de la escuela mexicana, con sus fardos de postgrados o que han residido allí con rango de estirpe intelectual. Algunos de esos grupos generacionales de profesionales respondían a acuerdos con distintas instituciones universitarias o de educación superior y abarcaban las ciencias sociales, las ciencias médicas, las agronómicas o de suelos, humanidades, ingeniería o geología.

Por tanto, describo una lista no exhaustiva de los dominicanos que han egresado de la escuela mexicana con calidades profesionales: Enerio Rodríguez, (psicólogo y académico), Rafael Pichardo(cardiólogo), Pablo Marìñez (diplomático y escritor), Héctor Díaz Polanco (antropólogo), Nolberto Luis Soto (académico y diplomático), Leonte Brea (psicólogo-investigador), Néstor Sánchez( sociólogo y artista), Fernando Pérez Memèn (Investigador histórico y diplomático),Fernando Tejeda (sociólogo e investigador), Sandra Mejía, (socióloga y académica), Ramón Estévez (académico y phd), Rosagilda Vélez (socióloga y académica), Guarionex Henríquez(ingeniero sanitario), Frank Amado Peña (psicólogo y académico), Juan Alfonseca Giner de los Ríos (investigador histórico), Rocío Hernández (psicóloga y académica), Altagracia Guzmán (Ciencias de la Salud y política), Rafael y Eduardo Matos Díaz, Danilo Núñez (médico y empresario), Adonis Martín ( académico y funcionario educativo), Alejandra Liriano (diplomática y académica), Célsa Albert (invest. histórica y académica), Roberto Saladín ,(economista y banquero), Rosa Elena Pérez (investigadora y académica), Laura Faxas ( investigadora residente en México),Marcos Villamán, (Planificador y académico), María Filomena González C. (historiadora y académica), Carlos de los Santos, (académico), Rafael Sánchez Consuegra y Maritza de Consuegra (especialista en Ing. de Suelos), Diego Torres ( Ing. Agrónomo y académico), José Rone Puello (Ing. agrónomo fallecido), Eumilio de León (Ing. agrónomo y académico), Miguel Ceara Hatton (economista y consultor), Darío Solano (académico y filósofo), Felix Amado de León (investigador y académico), Angela Martín ( especialista médica), Roberto Castillo Tió (Ing. Sanitario), Lusitania Martínez (académica y filósofa), Eduardo Estrella ( Ing. y político), Ramón Colombo (comunicador), Vianela Fernández (antropóloga y comunicadora), Julio César Rodríguez (sociólogo y académico), Minerva Vincent ( académica y psicóloga) ,Frank Báez Evertz (sociólogo y académico), Rafael Camilo (economista y político), Pedro Caro (antropólogo y político), Wilfredo Lozano, (sociólogo y consultor), Luis Albert B.( Ing Quim.y promotor cultural fallecido), Tabare Mundaray (Ingeniero y consultor), Manuel Morales Lama (diplomático y académica), Carlos de los Santos (académico), Rossy Mary Minaya (especialista médico),

Notas:

El autor es académico de la UASD durante 37 años en Filosofía , Lógica , Ciencias Políticas , Diplomacia y Metodología de la Investigación, .Doctorando en Univ. de Oviedo, España en Cooperación Internacional e Int. Social,Director, Biblioteca Nacional ,Rector Universidad ITECO , Cotuí,, Parlamentario con Sede en Guatemala, Embajador en Panamá, Ecuador , Post- grado en Diplomacia y Relaciones Internacionales, UASD, 1991, Maestría en Epistemología y UNAM ,México.-Metodología,

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